El pene ha sido considerado “sagrado” a través de la historia, en Egipto, Grecia, India, Japón, etc. Se le considera un gran símbolo de fertilidad, sexualidad, masculinidad, virilidad, creación e incluso para venerar a la naturaleza sus siembras y frutos.

Los seres humanos somos polaridad, cuando somos capaces de trabajr y potenciar ambas en el interior, las potenciamos, aumenta el nivel vibracional e incluso se dice que vienen mayores éxitos asociados. Somos Madre y Padre de ahí la importancia de la reconciliación de ambos en nosotros.

Con el Falo Sagrado llevamos la masculinidad equilibrada a nosotras, en forma de autocultivo desde y con la madre tierra también.